Miramar está a punto de celebrar un hito significativo en su historia: el próximo 18 de noviembre conmemorará con orgullo su centenario de fundación. Para adentrarnos en los orígenes y la rica historia de este lugar, la destacada historiadora Mariana Zapata ha decidido compartir sus conocimientos a través de la red social Facebook, mediante su página titulada «Había una Vez».
En una serie de artículos que se desglosarán en tres entregas, Zapata se sumerge en los entresijos de la creación de Miramar. En esta primera entrega, la historiadora aborda las complejidades relacionadas con la adscripción étnica de los habitantes originarios del territorio cordobés. Según Zapata, tanto arqueólogos como historiadores han enfrentado desafíos al intentar diferenciar entre dos grupos étnicos fundamentales en la región: los Comechingones y los Sanavirones. La cuestión es tan vasta y compleja que la experta promete abordarla en futuros posteos.
Avanzando en el tiempo, Zapata destaca el periodo entre 1874 y 1880, durante el cual Nicolás Avellaneda gobernó el país. Su ideología, marcada por el progreso y el orden, llevó a la promulgación de la ley N° 817 de «Inmigración y Colonización» en octubre de 1876. Esta legislación tenía como objetivo principal poblar y aprovechar las extensas tierras de Argentina, buscando atraer a europeos en medio de las crisis que asolaban el continente.
Radio Cardinal ofrece a sus lectores este fascinante trabajo de Mariana Zapata, que es presentado en tres entregas. No pierda la oportunidad de sumergirse en la historia de Miramar y descubrir los eventos que dieron forma a esta próspera localidad.
PARTE I
PARTE II
PARTE III
Mi tía, Lya Buff, vive en San Martin de los Andes, tiene 90 años…
Me cuenta, que en su niñez, vivía en Miramar, tenían criadero de nutrias.
Su padre, un suizo, Ernesto Jacobo Buff, junto a otros, en el invierno, cuereaban.
Los cueros se vendían, algunas veces a Europa… pero la carne, habitualmente no se aprovechaba, no tenían medios de frigorífico para conservarlas, entonces, hacían pozos y la enterraban… también, mi abuelo, ataba muchas patitas de nutrias de un piolín y las colgaba desde la chimenea, por el techo, consiguiendo carne ahumada exquisita !
Memorias del paladar y del corazón.
Memoria que se mantiene en mi predilección por los alimentos ahumados.
Agradecimiento a estos hombres que impulsaron cambios en nuevas generaciones, de esa época, surgieron curtiembres, peleteros y confeccionistas.
También, vendrá la posteriormente, de la creación de La Cooperativa… quiero leerla ! contada por los que conocen la Historia.
Felices 100 años Miramar !
Mabel Buff