Por Jorge Villavicencio, para Radio Cardinal.
El auge del turismo en las últimas décadas ha transformado la industria en una de las más grandes y lucrativas del mundo. Sin embargo, este éxito también ha dado lugar a una serie de desafíos críticos que amenazan la integridad de las poblaciones locales, los recursos naturales y la sostenibilidad a largo plazo.
Miramar de Ansenuza ha experimentado un incremento significativo en la llegada de visitantes en los últimos años. El arribo de turistas se debe al auge de explorar nuevos destinos y a la particularidad de encontrarse prácticamente dentro del flamante Parque Nacional Ansenuza. Esto ha traído consigo una mejora en las condiciones económicas de los residentes permanentes y ha actuado como un imán para que nuevos ciudadanos inviertan en nuestra localidad. El auge en la construcción es evidente, con cientos de nuevas viviendas surgiendo donde antes existían amplias zonas desocupadas. Sin embargo, este progreso no se refleja equitativamente en todos los sectores de la población. Cada vez más ciudadanos, tanto locales como recién llegados, se quejan de la falta de alojamientos permanentes, el aumento en los precios de los alquileres y el costo de vida en general.
En las redes sociales es común encontrar llamados de miramarenses que ruegan por la disponibilidad de propiedades en alquiler, y muchos se ven obligados a desplazarse varios kilómetros a otras localidades en busca de viviendas disponibles, lo que tiene repercusiones económicas en sus familias.
El éxito económico de nuestra localidad no llega de igual manera a todos, y Miramar de Ansenuza se encuentra en un momento de inflexión debido a la conocida amenaza del Turismo de Masas, que trae consigo la saturación de los servicios, el aumento de los precios de la vivienda y la transformación de vecindarios en plataformas de alojamiento tipo AirBnB, que a menudo generan la temida gentrificación.
Además de los desafíos sociales y económicos, el turismo de masas también tiene un impacto ambiental significativo. El aumento en la demanda de infraestructura, transporte y energía puede agotar los recursos locales, contribuir a la contaminación y dañar los ecosistemas frágiles.
Aunque Miramar de Ansenuza aún no se encuentra en un estado preocupante debido al turismo masivo, el gobierno ha estado implementando una serie de políticas que buscan orientar a nuestra localidad para preservar su esencia, la cual se relaciona con la tranquilidad, los amplios espacios y el respeto a la naturaleza. No obstante, ciertos indicios de turismo masivo deben alertar a los ciudadanos, organismos y al gobierno para hacer frente a los desafíos de equilibrar el turismo con la conservación ambiental y el desarrollo sostenible.