En medio de una ovación, decenas de miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro recibieron con euforia al nuevo papa: Robert Prevost, el primer pontífice de Estados Unidos, quien adoptó el nombre León XIV.

A las 13.08, la fumata blanca finalmente había emergido de la chimenea de la Capilla Sixtina, tras un día de espera, anunciando la elección del nuevo papa, el 267 en la historia y sucesor de Francisco. En ese momento, repicaron las seis imponentes campanas de la Basílica de San Pedro,
Nacido en Chicago y con una gran arraigambre peruana por su trabajo de casi 20 años en el país sudamericano, Prevost hizo historia al convertirse hoy en el primer pontífice de Estados Unidos y el segundo del continente americano, luego de ser electo por la mayoría de los cardenales en el cónclave para suceder al fallecido Jorge Bergoglio.El nuevo papa es estadounidense: Robert Prevost es León XIV
El estadounidense Prevost es el nuevo papa. Así lo anunció el cardenal protodiácono Dominique Mamberti en su breve tradicional “Habemus Papam”, momento en que reveló el nombre del nuevo pontífice: Leon XIV.
Visiblemente emocionado, el primer sumo pontífice estadounidense dedicó palabras a su antecesor. “Gracias al papa Francisco”, dijo.

“Quisiera que este salud de paz llegue hasta sus corazones”, insistió: “Que los alcance a sus familias, a todas sus personas donde quiera que se encuentre, a toda la Tierra. La paz esté con ustedes».
En su primer discurso como papa, León XIV planteó que todos están “en las manos de Dios”. “Por lo tanto sin miedo, unidos, mano a mano con Dios y entre nosotros vayamos adelante», dijo y remarcó: “Seamos discípulos de Cristo, Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz. La humanidad necesita de él como el puente para ser alcanzado por Dios de su amor»
Alineado con los reiterados pedidos de paz de Francisco, extendió también un llamado a la ayuda comunitaria. “Ayúdense ustedes los unos a los otros, a construir puentes para ser todos juntos un solo pueblo en paz”, planteó y reforzó: “Tenemos que estar juntos, ser una iglesia misionera, que construye puestos de diálogo, abierta a recibir a todos aquellos que tienen necesidad de nuestra caridad, presencia de diálogo y amor».
Entonces interrumpió su discurso en italiano para pasar al castellano. “Si se me permite”, dijo ya transformado al español, y siguió: “Mi querida diócesis en Chiclayo, en Perú, un pueblo fiel acompañado a su obispo, compartió su fe y dio tanto para seguir siendo iglesia fiel de Jesucristo”.

Antes de cerrar con un Ave María, dijo: “Hoy, el Día de la Virgen de Pompeya, nuestra madre María quiere caminar siempre con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su amor. Quiero rezar con ustedes, recemos juntos por esta nueva misión, por toda la iglesia, por la paz en el mundo”.
Nota: Jorge Villavicencio. Fotos: TV Vaticana