Por Jorge Villavicencio.
Los tiempos políticos se aceleran y el esperado 5 de mayo está casi a la vuelta de la esquina. Los ciudadanos esperamos pacientemente la definición de los futuros candidatos que pujarán por ocupar el ansiado sillón de Libertad 351.
En esta elección, que muchos vaticinan será histórica debido a la aparente paridad entre las agrupaciones políticas, han surgido en los vericuetos de bares y avenidas de nuestra villa turística todo tipo de versiones. Algunas voces, a menudo incisivas, apuntaban a cualquier candidato que quisiera asomar la cabeza fuera del paño benefactor del anonimato.
Los secretos de alcoba cambiaban de rojos envidiables a morados repelentes, lo cual habrían dejado boquiabierto a más de un experto personaje, concurrente a bares de cotilleo. De uno y otro lado, los nombres se sucedían como agazapados en escaleras mecánicas, pero nadie se definía. Decían que era parte de la estrategia, que no podían darse a conocer antes que el rival, y ofrecer así un flanco para el tormento verbal.
Hubo uno de ellos que, cansado de esperar, se lanzó a la carrera. Un cartel solitario lo definía como pre-candidato a intendente junto a Luis Juez. En cuestión de horas, la maquinaria de palabrería se hizo escuchar y los comentarios circularon por las calles y terrazas. Lo acusaban de inoportuno y conspirador. Mientras tanto, y luego de acaloradas discusiones, el partido gobernante definía a su candidato. Todo quedó aparentemente en manos de los integrantes del casino y, luego de la definición, se mantuvieron en un prudente silencio de radio. Mientras tanto, la alianza de partidos continuaba su devenir. Cada día sonaba uno u otro candidato, todos jóvenes, que tenían la anuencia de una especie de concejo de ancianos, que había soltado la pelota para que los nuevos pudieran discutir sobre las posibles candidaturas.
El próximo 5 de mayo, antes de que el reloj de la plaza marque el mediodía, los representantes de los partidos ingresarán a la Junta Electoral Municipal para presentar las listas con sus candidatos. En ese momento habremos dilucidado uno de los enigmas más protegidos por los políticos. A partir de allí, los ciudadanos de a pie comenzarán a sentir el poder que se les confiere cada cuatro años, e iniciar así el sutil afilado del lápiz, para estampar la cruz en los comicios del esperado 25 de junio.