La emblemática cooperativa tambera SanCor, con presencia en Córdoba y Santa Fe, atraviesa la peor crisis de su historia. En las últimas semanas, la empresa despidió a más de 300 empleados, en su mayoría personas no afiliadas al gremio Atilra, quienes además de encontrarse sin asignación de tareas, sufrían demoras en el pago de sus haberes.
Fuentes del sector lechero y del Consejo de Administración de SanCor indicaron que en breve habrá otras 200 cesantías, reduciendo la planta de trabajadores a aproximadamente 850 empleados.
Preocupación en Balnearia
Radio Cardinal confirmó el despido de 15 empleados en la planta de SanCor en Balnearia, especializada en la producción de quesos duros. Además, se estima que otros trabajadores podrían verse afectados. La gerencia de la planta ha consultado a empleados con mayor antigüedad sobre su disposición para acceder a un retiro anticipado, lo que refuerza la percepción de una crisis inminente en esta unidad productiva.
Deuda millonaria y amenaza de corte de energía
A la difícil situación de la cooperativa se suma la presión de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) de Santa Fe, que exige el pago de una deuda superior a los 2.000 millones de pesos acumulada desde 2017. Según declaraciones del propio Gobierno de Santa Fe, la empresa tiene tiempo hasta finales de febrero para regularizar su situación, de lo contrario, el 1 de marzo se procederá al corte del suministro en sus plantas de Gálvez y Sunchales. En Córdoba, la situación energética también es preocupante.
Un deterioro progresivo
SanCor, que hasta 2005 era la principal industria láctea exportadora de Argentina, ha sufrido un paulatino desmembramiento. La crisis comenzó con una reforma estatutaria y continuó con decisiones dirigenciales que derivaron en negocios poco rentables y concesiones costosas al sindicato Atilra.
A lo largo de los años, la cooperativa intentó implementar múltiples planes de rescate con el apoyo de los gobiernos de turno. Sin embargo, estas iniciativas, en lugar de solucionar los problemas estructurales de la empresa, se transformaron en una carga que profundizó su deterioro financiero.
Con despidos en aumento, una deuda millonaria y la amenaza de cortes de energía, el futuro de SanCor es cada vez más incierto. Los trabajadores y el sector lechero observan con preocupación el desenlace de esta crisis que impacta en toda la cadena productiva.