Miramar de Ansenuza y sus alrededores cuentan con una bendición única: la presencia de abundante agua dulce proveniente de los conocidos surgentes. Estos pozos perforados permiten acceder a una fuente de agua natural que surge hasta un metro sobre la superficie.
Durante décadas, nuestra localidad se ha abastecido de agua dulce a través de estos pozos. Cada hogar y lugar cuenta con su propio surgente, lo que permite que los más de 3500 habitantes de la zona tengan acceso a agua en abundancia. Para llegar a la fuente de agua segura, es necesario perforar entre 70 y 80 metros y dejar los caños perfectamente encamisados para permitir que el agua fluya de forma natural hasta la superficie.
Sin embargo, últimamente se están realizando cada vez más perforaciones debido al crecimiento de las construcciones en Miramar. En los últimos meses, se han detectado fuertes aromas y sabores desagradables en varios de estos nuevos pozos, lo que dificulta su uso para el consumo humano. Algunos técnicos consultados por Radio Cardinal indican que esto podría deberse a varios motivos: 1) La perforación no alcanzó a la napa de agua dulce indicada, 2) Hay fisuras o mal sellado de los caños de entubación, lo que facilita el ingreso de napas superiores contaminadas al utilizar una bomba de extracción, 3) El caño con el pescante no alcanza los metros en donde se encuentra el agua buena. 4) Alguna razón relacionada con la sequía general que afecta a los manantiales.
Los surgentes de Miramar son una característica única de nuestra localidad y una fuente de vida para todos los habitantes y animales que viven en esta hermosa naturaleza. Tal vez sea hora de empezar a preocuparnos por cómo tratamos este recurso, que hasta ahora parecía inagotable.
Nota: Jorge Villavicencio, para Radio Cardinal
HOLA, recorriendo la costa ,entre casi todas las ruinas hay surgentes que fluyen libremente,no se podrían aprovechar de alguna forma?
Gracias Roman, por conectarte con Radio Cardinal. La cuestión de los surgentes que propones de poder aprovecharlos de alguna manera es una buena propuesta. Generalmente los antiguos surgentes y que ya no son utilizados, son tapados mediante un proceso de ir llenando los viejos caños con arena hasta que se tapen. Esto es para evitar la pérdida de agua dulce y por ser caños de fibrocemento -que eran utilizado anteriormente- tienen fisuras o ruturas que pueden contaminar las napas de agua. Algunos por su proceso de deterioro no han podido ser cerrados. Igualmente el agua dulce permite que pueden desarrollarse colonias de mojarras, que en un futuro, y cuando las condiciones de salinidad del Mar de Ansenuza bajen, posibilitar la alimentación del esperado Pejerrey.