Este 22 de febrero y madrugada del 23, gran parte de la región de Ansenuza fue bendecida con una abundante caída de lluvia que registró un total de 124 mm en Miramar. Esta cifra representa el promedio más alto de los últimos meses en la zona.
La lluvia llegó después de una prolongada sequía que afectó la zona central del país, lo que provocó una disminución significativa en la cantidad de agua disponible para los cultivos de estación y el consumo humano. Esta situación generó pérdidas en la producción y una preocupación generalizada en la población local.
Las lluvias registradas este 22 de febrero y madrugada del 23 alivió en gran medida el estrés hídrico que padecía la región. Además, el agua caída podría mejorar el rendimiento de los cultivos de temporada.
Los expertos indican que este tipo de lluvias son esenciales para el equilibrio hídrico en la región, ya que ayudan a recargar los acuíferos subterráneos y a aumentar la disponibilidad de agua para los cultivos. Esta lluvia también puede contribuir a reducir la temperatura ambiente y mejorar la calidad del aire.
Se espera que, con la llegada del fenómeno de «El Niño», se normalice el régimen de lluvias en la región y se aumente la cantidad de agua disponible para los cultivos y el consumo humano. Es importante destacar que el monitoreo y manejo eficiente de los recursos hídricos son fundamentales para garantizar la sostenibilidad y el desarrollo económico de la zona.