A 10 diez días de la asunción del presidente Javier Milei, las calles de Buenos Aires se vieron inundadas por manifestantes pertenecientes a diversas organizaciones de izquierda que se congregaron en la emblemática Plaza de Mayo para expresar su descontento y realizar la primera manifestación de protesta contra el nuevo gobierno.
La convocatoria, encabezada por integrantes de varias agrupaciones de izquierda, tuvo como eje central el reclamo por la situación económica y social que atraviesa el país. Los manifestantes, ocuparon un poco más de un tercio de la superficie de la histórica plaza, desatando una jornada marcada por consignas, pancartas y un clima de tensión palpable.
Ante este escenario, el gobierno de Milei implementó un extenso operativo de seguridad, desplegando efectivos de la Policía Federal y la Gendarmería Nacional para garantizar el orden público y prevenir posibles incidentes durante la marcha.
Las agrupaciones de izquierda, unificando sus reclamos, presentaron un documento con el sugestivo título «Abajo el plan motosierra de ajuste de Milei y el FMI». En dicho documento, expresaron no solo su rechazo a las políticas económicas propuestas por el nuevo gobierno, sino también fuertes críticas al protocolo antipiquetes implementado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. En sus declaraciones, acusaron a la funcionaria de «criminalizar la protesta social» y exigieron a las tres centrales obreras activar un paro general en respuesta a las medidas gubernamentales.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se pronunció tras la marcha de los piqueteros y la aplicación del protocolo antipiquetes, declarando: «Las cosas han cambiado, se terminó el vale todo». Bullrich afirmó que «miles de argentinos dijeron hoy basta del apriete y la extorsión de aquellos que son gerentes de la pobreza. Creo que la gente está lista para comenzar un cambio en Argentina».
Nota: Jorge Villavicencio. Foto: Toma congelada de emisiones televisivas.